"Un
mosaico es un diseño permanente de una imagen, en la cual cada elemento de la
composición formado de pequeñas piezas irregulares y constituido de materiales,
tales como la piedra, el vidrio o la cerámica, se fija por medio del yeso en un
lugar determinado”.
Historia del Mosaico
La palabra
musivus –a –um, es el antecedente de mosaico. Los romanos consideraban tan
exquisito el arte de hacer mosaicos que pensaban que sólo podían crearlo las
musas o los favorecidos por ellas.
Museios,
concerniente a las musas. Museion, significa templo de las musas, lugar donde
residen las musas. La palabra griega musa significa, musa.
Un mosaico es un arte decorativo que utiliza madera,
piedrecillas, terracota o vidrios de varios colores para crear imágenes o
dibujos. El mosaico se puede realizar tanto en superficies de gran tamaño, como
en superficies planas, también se trabaja en simples objetos o pequeños
paneles. El mosaico data desde tiempos remotos. Todos
los pueblos antiguos hicieron incursión en este arte tanto en la antigüedad
clásica como en la de Mesoamérica. En la antigüedad clásica llegó a ser un
producto muy elaborado y de gran lujo con la cultura helenística, en que se
empezaron a realizar obras más complicadas con temas complejos y episodios de la
vida cotidiana y de la mitología. Los materiales empleados también fueron más
ricos (mármol, vidrio, ónice). El arte
del mosaico adquiere su difusión en época del Imperio romano.
A lo largo de la historia de la
humanidad el arte del mosaico se ha ido desarrollando y enriqueciéndose,
adquiriendo el estilo y los materiales adecuados a cada época, hasta llegar al
siglo XXI en que las obras de arte se siguen sucediendo.
Para hacer las teselas de mármol o
de piedra de color, se cortaba el material en finas láminas, luego en tiras y
después en cubos. Para obtener las teselas de vidrio fundido (que podía teñirse
añadiéndole diferentes óxidos de metal) se vertía éste encima de una superficie
lisa para que se enfriara y se endureciera.
Después, con una herramienta
afilada, la lámina de vidrio coloreado era cortada en tiras y luego en cubos.
Las teselas de oro y plata se obtenían colocando pan de oro o plata encima de
una lámina de vidrio de tono pálido. La superficie se cubría con un frit (capa
fina de vidrio empolvado) y se calentaba en un horno para sellar el oro y la
plata entre las capas de vidrio. A continuación se dividía la lámina en cubos.
Por su parte el mosaico, independientemente de las
diversas técnicas que se han utilizado en su confección, está realizado a
partir de pequeñas piezas talladas en forma más o menos semejante a un prisma;
estas piezas, denominadas en latín tesellas y en castellano teselas, se
elaboran frecuentemente a partir de piedras como el mármol, pero se han usado
también piedras semipreciosas, pasta vítrea o, en ocasiones, forradas de finas
láminas de oro o plata. Inicialmente el mosaico se utilizó como pavimiento
pero, desde la aparición del cristianismo y sobre todo en tiempos del Imperio
Bizantino y en el Islam, se utilizó como cubrimiento de paredes y techos.
El mosaico romano es considerado
como una pintura hecha de piedra. Es un arte que vive de la pintura en cuanto a
temas se refiere. Los asuntos de un mosaico no tienen identidad propia, son los
mismos que pueden encontrarse en la pintura, pero se diferencia de ella en que
la perspectiva es falsa y forzada. Su inspiración está en los dibujos de los
tapices de los tejidos y de la obra pictórica.
Para fabricar un mosaico había que
seguir una serie de pasos que con el tiempo se fueron perfeccionando. En un
taller, lo primero que se hacía era diseñar el cuadro y este trabajo
tomaba el nombre de emblema, que viene del griego que significar
"algo que se incrusta en". Después de haber diseñado el cuadro se
hacía una división de acuerdo con el colorido. Se sacaba a continuación una
plantilla en papiro
o en tela de cada una de esas parcelas divididas y sobre dicha plantilla se
iban colocando las teselas siguiendo el modelo escogido con anterioridad. Las
teselas se colocaban invertidas, es decir la cara buena que luego se vería
tenía que estar pegada a la plantilla. Cuando este trabajo estaba terminado,
los expertos lo transportaban in situ para que el artista concluyera allí su
obra.
Pero antes de colocar las teselas
había que preparar bien el suelo para recibirlas. Esta era una labor muy
importante que requería experiencia y habilidad. En primer lugar se allanaba
hasta conseguir que fuera horizontal pero con una inclinación suave y calculada
que facilitase el deslizamiento del agua hacia los sumideros. El suelo tenía
que ser firme y estable pues una leve rotura de una sola tesela podía conducir
a la degradación de toda la obra.
El firme para recibir finalmente las
teselas estaba constituido (de abajo arriba) por :
- Suelo natural acondicionado
- Mortero mezclado con polvo de teja y carbones
- Fragmentos de teja
- Capa de mortero
- Teselas del mosaico
Tipos de mosaicos
Los romanos construían los mosaicos con pequeñas piezas cúbicas llamadas teselas. La palabra tesela viene del latín tessellae, que a su vez viene del griego y significa, cuatro.
La obra de mosaico se llamaba opus
tessellatum. El material de estas teselas era rocas calcáreas, vidrio
coloreado, cerámica, etc.
La teselas se elaboraban con sumo
cuidado y en diferentes tamaños y colores para que el artista pudiera
colocarlas según el dibujo a modo de puzzle y aglomeradas con cemento.
Distinguían además entre la obra de musivum (mosaico) y
la de lithostrotum (pavimento de piedra). Se llamaba así al pavimento de una
vía o camino, de una plaza abierta o de un foro, o al del suelo de algún
edificio.
Se daba a la obra el nombre de
lithostrotum cuando el material consistía en piedras naturales de formación
volcánica (sílex) y mármoles de diferentes colores.
Dependiendo del tamaño de las
teselas, de los dibujos y del lugar de destino del mosaico, los romanos daban
un nombre diferente a este trabajo:
Opus vermiculatum:
Realizado con teselas muy pequeñas con ellas
se podría conseguir un gran nivel de detalle, tanto en los objetos, como en las líneas.
Opus musivum:
Mosaicos que se hacían para decorar y tapar
muros.
Opus sectile:
Se utilizaban piezas de mayor tamaño y
diferentes colores para componer las figuras.
Opus signinum:
Su nombre proviene de la ciudad italiana de
Signia. Se obtenia de la mezcla de polvo coloreado (prodecente de desechos de
tejas) y cal. Esta mezcla daba un cemento rojizo muy compacto e impermeable y
se podía decorar con pequeñas teselas. Era muy utilizado en suelos y como
revestimiento de estanques, aljibes y picinas.
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